El auge del concepto de bote coincide con la aparición de la palabra «juego». Es objeto de debate cuál de las dos fue la primera. Según datos históricos, el juego se remonta a la antigua China. A pesar de los argumentos de muchos historiadores, este estado sigue considerándose la base de muchos productos impresionantes conocidos hoy en día.
Entre los siglos XIV y XIX se reconoce el periodo marcado por la considerable difusión del juego en todo el mundo civilizado y, en particular, en el continente europeo. Cada país trataba de «conseguir» un entretenimiento u otro, en lo que se refería a la clase rica, ya que las demás clases no podían permitirse participar en tales actividades.
El desarrollo de la industria fue especialmente evidente en los juegos de cartas y en novedades como las loterías y el bingo. Aunque cada país tenía su propia interpretación de estos juegos, la base era similar en todas partes. Además, no sólo requerían dinero para participar, sino que también podían ser fuente de nuevas y valiosas recompensas.
A medida que se creaban nuevos juegos o se mejoraban los existentes, cambiaban los requisitos para obtener el premio máximo o bote. Su aspecto cambiaba en función del juego. En algunas diversiones de juego se presentaba en forma de premios en metálico, mientras que en otras se presentaba como un bien diferente, tan deseado por el ganador.
Hoy en día, el tipo de bote depende del juego, de cuyo resultado se trate. Puede especificarse con más detalle:
De hecho, hay tantos tipos de jackpots como tipos de juegos de azar. Existen clasificaciones en función de cómo se fabrican, cómo se obtienen, etc. Sólo cabe señalar que el bote suele ser el principal objetivo de los jugadores.