La historia del Bingo
El bingo es un juego de azar que existe desde hace siglos. Los participantes tienen que tachar los números indicados en tarjetas especiales. La determinación se realiza de forma aleatoria. El juego tiene muchas variantes, unidas por una única base. La victoria se otorga al jugador que consigue adelantarse a los demás tachando los números de su tarjeta o rellenando una plantilla especial.
Características
El juego requiere tarjetas con números, así como bolas numeradas. La versión americana del bingo tiene 25 números y 75 bolas, mientras que las versiones británica y australiana tienen 27 y 90, respectivamente. Puede haber un gran número de billetes caracterizados por un número único establecido en una sola sala.
Se utiliza un bombo de bolas numeradas para determinar qué números son los ganadores. El presentador del juego o su ayudante los sortean de uno en uno y al azar. Hoy en día también se utilizan sistemas mecánicos, en los que las bolas salen del tambor bajo la influencia de una herramienta especial.
El ganador de la versión americana es el jugador que se adelanta a los demás en completar una línea, una columna o una franja diagonal. Las versiones australiana y británica reconocen como ganador al jugador que primero tacha 1, 2 o 3 líneas dispuestas horizontalmente.
Información histórica
El juego apareció por primera vez en 1530. En ese momento era un juego de lotería italiano llamado «Lo Giuoco del Lotto D’Italia». Hoy en día, se sigue jugando activamente los sábados en Italia, y atrae a un gran número de aficionados.
A finales de 1770, el juego se había extendido más allá de Italia y se dirigía a Francia. Aquí ya se llamaba «Le Loto». El juego era un entretenimiento para los ricos, ya que las clases bajas no podían permitirse participar económicamente en tales eventos.
En 1800, el juego ya apareció en Alemania. Aquí era un pasatiempo infantil que ayudaba a los escolares a aprender una serie de materias educativas, como matemáticas, historia, idiomas, etc.
Al otro lado del Atlántico también existía ya una versión del bingo llamada originalmente bino. El entretenimiento se ofrecía en las ferias y fiestas de los pueblos. El comerciante tenía un conjunto de discos de números que metía en una caja de puros y sacaba al azar de allí en el proceso. Los participantes tenían en sus manos tarjetas marcadas con judías. Cuando ganaban, se gritaba «frijoles».
Cartón de bingo tradicional
En 1929 el juego llegó a Norteamérica y se denominó «biano». El primer sorteo se celebró durante un carnaval celebrado en Georgia. Con el tiempo, el nombre del juego cambió a «bingo». Fue introducido por un comerciante de juguetes de Nueva York llamado Edwin S. Lowe, que escuchó la palabra gritada accidentalmente por el ganador.
Su interés por el proceso llevó a Lowe a dirigirse a un profesor de matemáticas de la Universidad de Columbia llamado Carl Leffler. Le pidió ayuda para aumentar el número de combinaciones en los naipes. Así, ya en 1930 se crearon 6.000 naipes diferentes.
Así se fundó la empresa Lowe, dedicada a la producción de juegos de bingo. Además, desarrolló el juego Yahtzee. Su idea pertenece a una pareja que veranea en el yate de Lowe. Le compró los derechos y, una vez terminado el desarrollo final, comenzó a venderlos.
